Ayer se celebró en Bruselas una edición más de la famosa carrera de 20 kilómetros (no, no es la Media Maratón de Bruselas) y me asaltaron muchos recuerdos sobre el reto que supuso para mí participar en esa misma prueba el año pasado: los 20k de Bruselas fueron un auténtico reto y también una gran satisfacción.
Muchas cosas han cambiado en mi vida, y en Bruselas, desde que dejé «la capital europea» para regresar a Madrid. Había pasado 5 meses trabajando en el Parlamento Europeo con el programa de becas Schuman, pero las experiencias acumuladas iban mucho más allá de las horas sentada en la oficina.
En realidad, aproveché ese periodo para viajar bastante y e intenté (no con todo el éxito que me habría gustado) combatir con deporte la tristeza que me producía el terrible clima.
20k de Bruselas: mi primera carrera de tanta distancia
Me encanta correr y lo hago con pasión, por hobby y sin preocuparme demasiado de mejorar los tiempos o de sufrir entrenando. Mi distancia favorita para carreras es de 10 kilómetros, aunque ya me había aventurado dos o tres veces con distancias un poco mayores (14, 15 y hasta 17 km) en momentos puntuales.
No tenía intención de prepararme para una prueba de 20 kilómetros, pero otros «becarios europeos» entusiastas, además de uno de mis mejores amigos runners de Bélgica acabaron convenciéndome.
Me pregunto cuánto habrá afectado el dolor por los atentados a la atmósfera única de una ciudad llena de expatriados, con casi 200 nacionalidades representadas entre sus habitantes permanentes y temporales. Lo que más me gustaba de esa ciudad era precisamente la amabilidad y el entusiasmo de la gente.
El caso es que el 31 de mayo de 2015 los 20k de Bruselas fueron para mí una experiencia inolvidable, en un ambiente maravilloso. El día comenzó bastante fresco (algo que se agradece si vas a correr) y tuvimos que aguantar a ratos un poco de lluvia bastante suave. La carrera de los 20k de Bruselas comienza en el Parc du Cinquantenaire y atraviesa los lugares más emblemáticos de la ciudad: recorre el distrito europeo, se mete por el precioso parque-bosque de Bois de la Cambre y tiene momentos divertidos, como el paso por tres túneles de tráfico (lógicamente cerrados a los coches para la carrera) en el que decenas de corredores gritaban entusiasmados «Tous ensemble, tous ensemble, eh, eh!» [¡Todos juntos, todos juntos, eh, eh!]
No estaba todo lo preparada que me habría gustado, así que decidí correr despacio y sin pararme. Conseguí llegar a meta sin dejar de correr ni un segundo, y en un tiempo ligeramente por debajo del que me había propuesto. Así que terminé muy contenta, satisfecha y orgullosa de haber superado ese reto que me parecía inalcanzable.
Por cierto: hay una revista deportiva que publica cada año una edición especial con todos los resultados de la carrera. Así que no dudé en comprarme una para guardar un recuerdo físico: aparecen todos los nombres y tiempos de todos los participantes, así como varias páginas especiales con fotografías a color del evento.
Un año y (por desgracia) unos atentados después, no he vuelto a pisar Bruselas pero ya me están entrando ganas de volver. No pude evitar una punzadita de nostalgia al ver las fotos de la edición de este año de la carrera de los 20 kilómetros…
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Un comentario en “Mi experiencia corriendo los 20k de Bruselas”