Hace unos días leí este artículo en Mashable y me decidí a probar esta herramienta tan prometedora: Tracky. Me quedé alucinada y «me enamoré». Llevo un tiempo intentando adaptarme a las posibilidades de «calendario» y «lista de tareas» de Google, pero no han terminado de convencerme.
En Tracky puedes crear grupos de trabajo y añadir todas las tareas que tienen que hacer los miembros de ese grupo. A cada tarea se le puede asociar una fecha límite de realización y adjuntar un archivo (aunque el peso está bastante limitado). Se puede editar también el «contenido» de la tarea, marcarla como terminada y borrarla.
En cuanto a la «jerarquía» de los miembros de cada equipo, se pueden conceder distintos tipos de permisos para que ciertos miembros solo vean parte del contenido, o para que no puedan editarlo.
También se puede medir la productividad de cada persona porque los perfiles acumulan puntos por cada tarea que realizan. Me parece una opción fantástica para aumentar el esfuerzo siempre que se enfoque desde un punto de vista «sano» y no como una competición obsesiva por ver «quién hace más».
Por otra parte, la interfaz es muy atractiva y no se tarda mucho en aprender a usarla. Me gusta tanto que he dejado de usar el calendario y la lista de tareas de Google. En Tracky, he creado un par de «grupos privados» (que solo puedo ver yo) para usarlos como agenda propia. También tengo otros grupos con otras personas y estoy muy contenta con los resultados que estoy conseguido.
¡Recomiendo Tracky al 100%!
Imagen: propia (captura de pantalla de la web oficial de Tracky)
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