Yo fui una de las personas que llegaron «más o menos tarde» a Twitter, la red social de los 140 caracteres. En aquel momento, tenía muy claro que me gustaban cada vez más las posibilidades que podía ofrecerme Internet a nivel de desarrollo profesional, y además tenía gran curiosidad por descubrir nuevos medios de comunicarme en la Red.
No obstante, siempre he tenido problemas para comunicarme en tan poco espacio. Durante los primeros meses, utilicé Twitter como fuente de noticias, humor y curiosidades, y empecé a seguir muchas cuentas que me interesaban. Por mi parte, yo me propuse publicar un tweet al día con alguna curiosidad que hubiera encontrado, sin importar el tema: música, salud, deporte, diseño, marketing, redes sociales, etc.
La pereza y las ganas de desconectar de vez en cuanto me impidieron implicarme en serio con mi cuenta personal, aunque poco a poco tuve que enfrentarme a la red como una comunidad principal para gestionar en trabajos de community management. Pensaréis que es un poco contradictorio, pero lo cierto es que he sido la responsable de varias cuentas de clientes, y he llevado a cabo mi tarea sin ninguna dificultad.
El punto de inflexión en mi «carrera Twitter» fue el descubrimiento de distintas herramientas para una gestión más eficiente. La que cambió radicalmente mi vida 2.0 fue HootSuite, pero también he utilizado en contadas ocasiones Twaitter y Tweetdeck. En la actualidad, utilizo sobre todo HootSuite, Buffer, ifttt, y SocialBro (aunque a esta lista habría que añadir otras muchas aplicaciones que he incorporado a mi rutina de trabajo).
Si no fuera por estas herramientas que hacen más llevadera mi vida 2.0, habría abandonado Twitter tarde o temprano. Al fin y al cabo, siempre he tenido problemas para incluir toda la información que quiero en un solo post-it o, en este caso, en un solo tweet. Esta red social sigue siendo la que más pereza me causa, así que, a pesar de la pasión que todo el mundo siente por ella, yo debo admitir que soy un poquito «hereje 2.0»: me gusta el concepto, no lo disfruto tanto como otros (yo soy más de Facebook o Google+).
Antes de despedirme por hoy, y suponiendo que más de un «twitteradicto» querrá quemarme en la hoguera, quiero defenderme: mi marca personal se resume en mi logotipo (diseñado por Lucía Bermejo), que es el pájaro de Twitter haciendo aeróbic…
#graciasporleermeyqueseáismuyfelices
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Jijiji, yo todavía no le encuentro mucha practica pero supongo que será poco a poco
Todo es tener paciencia… Y, poco a poco, se va ganando soltura.