Estreno mi Flickr. Y me habría gustado que esa «inauguración» fuera algo más agradable (como mis peluches), pero no he podido resistir la tentación de crear este mini-reportaje fotográfico, a modo de denuncia y de reflexión.

Hace unos días, cuando bajaba a la universidad desde mi casa, descubrí una serie de pintadas en las aceras y muros del campus universitario de Moncloa. Me llamó mucho la atención comprobar que las pintadas seguían un orden lógico, marcado con números, y perfectamente diseñado para alguien que tuviera que hacer el mismo recorrido que yo a pie.

Al día siguiente, decidí salir a la calle con mi cámara e inmortalizar este destrozo de los lugares públicos. Me pregunto si este «vandalismo por amor» es otro de los efectos negativos de la literatura de Federico Mocchia o, simplemente, una consecuencia de un problema grave de educación. Me daría pena por el autor italiano, ya que yo soy una de esas amantes de sus novelas románticas (aunque admito que tienen muchos pasajes pastelosos)… Sea cual sea la verdadera inspiración para estas acciones, ensuciar con pintadas un espacio público me parece vergonzoso e intolerable, aunque sea para celebrar el aniversario de una pareja que se quiere.

Incluyo aquí las veinte fotografías que tomé. Interrumpí el trabajo en ese número porque no vi más pintadas, pero puede que la serie continuara hacia otro lado a partir del cruce en el que yo vi la última. Eso dependerá de la facultad en la que estudie la «afortunada» destinataria de los mensajes…

Espero que me perdonéis por la calidad: nunca he sido buena fotógrafa, tengo muy mal pulso y, para colmo, esa mañana hacía tanto frío que me temblaba la mano al sostener la cámara.

 

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