Últimamente estoy usando más mi Instagram @pelucheando, y me he dado cuenta de que aún sigue vigente esa estrategia del «follow por follow». Es decir, «sígueme y te sigo», un método de marketing en redes sociales que detesto.

En este post voy a explicar los motivos por los que creo que habría que abandonar por completo la estrategia.

Por qué el «follow por follow» en Instagram o Twitter debería desaparecer

La técnica del «sígueme y te sigo» empezó a usarse con la llegada de Twitter, pero se aplica también (y mucho) en Instagram. Las dos redes sociales no se basan en relaciones recíprocas de amistad, como en Facebook, sino que podemos seguir a un usuario para ver sus publicaciones sin que esa persona nos siga.

Hay muchos perfiles que pretenden ganar seguidores de este modo. Comienzan a seguir a otros usuarios, a la espera de que ellos les devuelvan el follow. Si pasados unos días (a veces, 24 horas) no ocurre, dejan de seguirlos.

Como consecuencia, hay días en que tu perfil se «infla» con nuevos seguidores, pero la alegría no dura nada. Un vistazo rápido a los nuevos contactos demuestra que todas esas personas no tienen ningún interés en tus contenidos, porque no tienen nada que ver con su temática ni especialidad.

Desde mi punto de vista, este comportamiento (o supuesta «estrategia») desespera y sienta mal. ¿Por qué en una cuenta de deporte te siguen de golpe varios bloggers de viajes? ¿Por qué en una de peluches empiezan a seguirte modelos o pizzerías?

Esta técnica daña la imagen de la marca o del profesional que la usa, y es molesta para el «receptor» de los «follow» inútiles. ¿Y quién haría «follow por follow» en perfiles que no interesan? Es decir: no voy a devolver el «follow» a un perfil que no tiene nada que ver con mis gustos…

Muchos usuarios de Instagram, incluso, se sienten obligados a especificar en sus descripciones de perfil que no aceptan «seguidores fantasma» ni devuelven el «follow».

¿Cuál es mi opinión? Que no debería ser necesario especificarlo. Yo tampoco quiero seguidores fantasma, y me encantaría que las marcas abandonaran de una vez la estrategia «sígueme y te sigo».

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